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A veces no nos gusta aceptarlo, pero el trabajo es el centro de nuestras vidas. Ya sea un empleo o tu propio emprendimiento, nuestras decisiones prácticamente se basan al rededor de él. Por ejemplo, mudarnos a tal zona para estar cerca de la oficina o tener hijos porque tenemos empleo estable (en teoría). Piensa en la última decisión importante que tomaste e identifica el rol de tu empleo o negocio en la ecuación.
Ahí está, siempre ha estado, y no es para decir que está mal que nuestras vidas giren en torno a nuestros trabajos. Al final es el elemento principal de nuestra supervivencia y estatus social, las cuentas no son gratis, vivir cuesta, y vivir bien cuesta más. Por eso no hay forma de sacar de la ecuación nuestra fuente de ingresos. Esto no se trata de echar filosofía de banqueta y decir frases como “cuánta vida te está costando tu sueldo”… no comulgo con ello. El dinero es importante, cómo lo ganemos es otra historia. En fin, el trabajo es el trabajo, y tiene su lugar en el núcleo de nuestras vidas, nos duela o no pero es verdad.
A lo largo de todo este tiempo, con el trabajo como pilar elemental, se ha forjado una cultura de hyper-productividad. Constantemente nos sentimos con esa ansiedad de que tenemos que estar trabajando o generando algo para no sentirnos desperdiciados. A veces ver miles de series o películas, o jugar videojuegos a lo desgraciado, por decir algunos ejemplos, nos ayudan a disfrazar un poco ese sentimiento de no ser productivos.
Negocio vs ocio
Probablemente ya lo sabías, pero la palabra negocio significa “lo que no es ocio”. Partiendo de ahí, y que la vida es trabajar mil, nuestro tiempo en el mundo se divide en 2: el tiempo en el que estamos generando billete (negocio) y el tiempo en el que no estamos generando billete (ocio).
En general nos referimos a estos tiempos de ocio como tiempo libre. La cuestión es que a este tiempo libre le damos diferentes usos, esos diferentes usos son los que nos definen. Lo podemos utilizar para hacer ejercicio, leer un libro, tiempo de calidad con familia y amigos, o lo que tú quieras.
El problema es que al ser “tiempo libre” nos exigimos menos en esas actividades o minimizamos su importancia. ¿Por qué tener un horario de oficina y no horario para alguna actividad de ocio? Solemos dar prioridad a las actividades de trabajo que a las de ocio. Ya recordarás todas aquellas veces que no vas al gym, a clase de guitarra, cena familiar o lo que sea porque te quedaste trabajando hasta tarde.
Por allá de 1934 Max Weber definió el sistema capitalista con una frase: “Uno no trabaja para vivir, más bien vive para trabajar”. Y sí, es una frase muy vieja pero al parecer sigue un tanto vigente. Por eso, lo que hacemos en nuestros tiempo de ocio es lo que nos define y nos hace responder la pregunta: ¿trabajamos para vivir o vivimos para trabajar?
Por eso nivelar la prioridad entre nuestro tiempo de ocio y de trabajo es importante. Aunque también existe la confusión de que el tiempo de ocio es tiempo para flojear y no hacer nada. Si la mayor parte de nuestro tiempo de ocio lo invertimos en hacer nada, entonces estaremos viviendo para trabajar. Flojear también está bien, pero no debe ser la mayoría de nuestro tiempo fuera de trabajo.
Debemos quitarnos esa idea de la cabeza de que si no estás trabajando estás perdiendo el tiempo. Dejar de pensar que dedicar tiempo a actividades que no producen dinero simplemente es ser un flojonazo. Invertir más tiempo de lo normal con tu familia y amigos o con tus hobbies no es un lujo, es parte del balance que necesita tu vida.
Si bien es cierto la situación de cada uno es particular, cualquier le encantaría tener cantidad industriales de tiempo de ocio. Sin embargo, no somos conscientes del rol que el ocio juega en nuestras vidas. Deberíamos procurar priorizarlo siempre, estemos o no estemos en situaciones en donde nuestros trabajos nos exijan más tiempo. Simplemente no es sano, aunque sea complicado, busquemos nivelar estos tiempos siempre.
Si necesitas saber más razones por las cuales debes dar más importancia al ocio de lo que le das ahora, tienes que leer “Leisure” de Josef Pipier. Un libro un tanto viejo pero vigente, es de los años 50’s. Tiempos en donde de verdad la gente vivía para trabajar nada más y los tiempos de ocio eran un lujo, y aunque las circunstancias han cambiado bastante, nuestras ideas no tanto.
