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Guía rápida de cómo no ser un fracasado

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En este mundo, la palabra “fracasado” es uno de los peores adjetivos que pudiesen existir. Es como una ofensa y es algo a lo que tenemos mucho miedo. Pero como tal: ¿qué es ser un fracasado? 

Creo que es una palabra imposible de cuantificar. No es como que a partir de determinado número de fracasos te conviertes en uno. ¿Por qué le tenemos miedo a la palabra? ¿Qué nos hace sentir que no lo somos? ¿Pesa más un fracaso grande que muchos pequeños?

Anteriormente ya hemos hablado un poco sobre el miedo al fracaso en este artículo, es un tema bastante amplio del cual se podrían hablar horas y horas. Pero esta vez solamente nos vamos enfocar en el “cómo no serlo”.

Por el miedo que implica ser un fracasado, siento que podría publicar un libro brevísimo con una guía maestra de cómo no serlo y se vendería como pan caliente. Pero como la guía es tan breve, me parece que sería suficiente con un pequeño post como este.

La guía maestra

No te quiero hacer el cuento largo, lo único que tienes que hacer para no ser un fracasado es no hacer nada. Uno no se puede equivocar si nunca opina. Pasa lo mismo con el éxito y el fracaso, uno no puede fracasar si nunca se propone alguna meta.


Eso es todo lo que tienes que saber para no serlo. En serio. Por eso muchos de nosotros no somos fracasados, porque en realidad no nos hemos atrevido a trazar una meta muy ambiciosa. Es mucho más fácil mantenernos dentro de los estándares de lo correcto para no llegar a ser bautizados como fracasados. Pero eso sí, aquellos que emprenden y no logran hacer que el negocio prospere, los hace unos verdaderos fracasados.

Es por esto que las palabra “fracasado” es muy injusta, porque más bien parece un castigo para aquellos que se atreven. Lo que es muy cierto, es que el fracaso no es un estado permanente, y a veces ser un fracasado paga altos dividendos en el largo plazo.

Muchas de las historias de emprendimiento empiezan con fracasos estrepitosos. No es novedad para nadie, todos conocemos historias como las del Coronel Sanders en la que aparentemente fue un fracasado hasta que logró despegar KFC como a sus 60 años.

Lo que sí no son tan comunes son las chiripas, son muy pocas personas que se han atrevido a emprender (por ejemplo) y lo han logrado en el primer intento. Sin embargo, parece que es la regla que nos rige. Creemos que si no salió a la primera, no tiene mucho caso intentar una segunda y entonces mejor ya que se quede el adjetivo “fracasado” y listo.

Yo personalmente creo que la palabra fracasado es muy dura y al mismo tiempo es muy vaga. O más que vaga, como decía anteriormente, injusta. Lo peor que podemos hacer es tenerle miedo a esta palabra y dejar de intentar o no proponernos grandes metas.

No importa que es lo que quieras hacer, desde un punto de vista objetivo, es más fracasado el que no intenta nada que el que intenta y falla. 

 

 

 

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