BlogEmprendimiento

La trampa del emprendedor: el autoempleo

0

Estás sentado trabajando, sientes frustración con tu jefe o compañeros porque estás seguro de que sabes hacer las cosas mejor que ellos y el mérito se reparte igual. Te desesperas y piensas que estás generando ingresos para una empresa que no te corresponde de igual manera, que cambiarías X o Y cosas para mejorar el negocio pero desde tu posición es complicado o imposible; pareciera que ya te topaste con un techo que te impide avanzar al siguiente escalón.

En resumen, te sientes desperdiciado en tu trabajo, te frustra que quieres seguir creciendo pero a pesar de que te esfuerces la empresa no te lo permite.

¿Te ha pasado? Si te ha pasado, sabrás que tienes de dos sopas. Buscar trabajo en otra empresa donde te valoren más o emprender tu propio negocio. Si optas por la segunda, déjame contarte algo muy interesante que te ayudará a tener una mejor perspectiva de emprender tu negocio y aumentar la probabilidad de éxito.

De acuerdo al último estudio de esperanza de vida de negocios del INEGI, se encontró que en México el 70% de los negocios no logran sobrevivir más de 5 años. Es alarmante pensar que 7 de cada 10 emprendedores no logrará solidificar su sueño, es un número muy triste que no alienta nada a emprender. Sin embargo, entender la raíz del problema nos puede colocar en ese 30% que logra hacerlo.

¿En qué emprender?

Ahora ya estás decidido a emprender, sabes que lo quieres hacer pero aún no te decides en qué hacerlo. Normalmente solemos inclinarnos hacia lo que somos buenos o hacia lo que nos gusta hacer. Estamos convencidos de que nuestro conocimiento técnico en cierto campo nos da la mejor herramienta para operar un negocio. ¿Te gusta programar? Una agencia de desarrollo web. ¿Se te da muy bien hacer postres? Suena bien una pastelería. ¿Eres bueno para organizar eventos? Podría ser una agencia para organizar bodas. Y así como estos ejemplos hay infinidad.

La primer verdad a la que nos debemos enfrentar es estar conscientes de que no por saber cómo se hace el trabajo técnico, sabremos cómo gestionar el negocio completo.  Si de verdad queremos emprender en eso que tanto nos apasiona y queremos que ese negocio tenga éxito, digamos que es hacer pasteles, lo último que vamos a hacer son pasteles. Entendamos el por qué.

La trampa del autoempleo

Cuando inicias tu propio negocio siempre ejecutas con esa visión de emprendedor, de tomar riesgos, de experimentar cosas nuevas, con ambición, con pasión y demás. Después de mucho esfuerzo y sacrificio logras crear un negocio que comienza a generar cierta tracción, comienza a generar un ingreso que te hace sentir ciertamente que el negocio va avanzando correctamente.

A estas alturas, tú estás jugando varios roles en tu empresa. Eres el emprendedor que dirige, el gerente que administra y el técnico que ejecuta. Aquí es donde comienza el problema, el balance de estos 3 roles en ti debería estar equilibrado y normalmente ocurre que el rol técnico te invade.  Quieres hacerlo todo porque nadie lo hace como tú y nadie más siente esa misma pasión que tú por sacar adelante tu emprendimiento.

Conforme crece el negocio, toda tu energía se consume en la operación, empiezas a contratar gente sin mucho orden porque ya no te dan las manos. Sin darte cuenta, te conviertes en un gerente por abdicar y no por delegar. En fin, logras crecer el negocio con más empleados y con una estructura organizacional que se tambalea un poco.

Si las cosas se mantienen así, tarde o temprano te va a llevar a un burnout porque al final lo que creaste fue un empleo al que no puedes renunciar o un autoempleo. Es muy complicado mantener un negocio que depende en gran medida de una persona y aquí es donde tienes 3 opciones: cambiar para crecer, reducir el alcance del negocio (hacerlo más chico) o simplemente cerrar y ser parte del 70% del que hablábamos al inicio.

El enfoque de un emprendedor constante

Los síntomas descritos anteriormente son muy comunes cuando se emprende sin visión y sin estrategia. En pocas palabras, logras arrancar un negocio y a partir de ahí tus esfuerzos de emprendedor se diluyen y cedes el trabajo a tu parte técnica. Buscando proteger y mantener el negocio que lograste arrancar. Para evitar caer en la trampa, necesitas tener siempre una perspectiva de emprendedor y no técnica. Me explico con los siguientes puntos:

  • La perspectiva emprendedora se hace la pregunta “¿Cómo debe funcionar el modelo de negocio?” Mientras que la técnica se pregunta “¿Cómo debe funcionar el producto/servicio que ofrezco?”
  • La perspectiva emprendedora empieza fijando una imagen de un futuro bien definido, después voltea al presente y busca cómo llegar con lo que tiene ahora. La perspectiva técnica empieza volteando a ver lo que tiene en el presente y busca cómo avanzar con eso sobre la marcha.
  • El emprendedor se enfoca en el valor que ofrece como negocio hacia el cliente. El técnico se enfoca en el producto que ofrece esperando satisfacer correctamente las necesidades de un cliente que desconoce.
  • El emprendedor entiende primero el negocio por completo y después las partes que lo conforman. El técnico entiende las partes y después trata de unirlas para formar el negocio.
  • El técnico improvisa para no fallar, mientras que el emprendedor visualiza y después ejecuta estando consciente de que puede fallar.
  • El emprendedor analiza primero la demanda y después la oferta. El técnico trabaja en la oferta y después busca la demanda.

Como puedes ver la perspectiva de emprendedor es muy diferente a la técnica, prácticamente al revés. Sin embargo, ambas son necesarias para todos los negocios, la cuestión aquí es encontrar ese balance de roles. No caigamos en la trampa de emprender en lo que somos buenos sólo porque sabemos hacerlo. Tomemos en cuenta todos los factores que conlleva emprender y con base en eso actuemos.

Una excelente ilustración de lo que quiero explicar aquí lo podríamos ver en la película de “The Founder“, que nos cuenta la historia del nacimiento y desarrollo de McDonald’s como el gran negocio que llegó a ser. Muestra perfectamente el rol técnico (hermanos McDonald) y del rol emprendedor que termina explotando el negocio a su máximo esplendor (Ray Kroc).

El enfoque técnico dominante te hará caer en autoempleo. Una perspectiva balanceada entre emprendedora y técnica te funcionará para poder sacarle el verdadero jugo a tu emprendimiento. Al final un factor clave para tener éxito al momento de emprender dependerá mucho de tu perspectiva, el libro Emyth Revisited te sería de mucha ayuda para desarrollar esa perspectiva emprendedora y adoptar la filosofía adecuada.

 

E5. Aire Libre: el negocio que nació del running entre amigos

Previous article

E6. Claudia Esteva, la gimnasta que dio el salto al emprendimiento

Next article

You may also like

More in Blog