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Por las reuniones que pudieron haber sido mails

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Nos quejamos “por las reuniones que pudieron haber sido mails”. Probablemente ya habrás visto estos memes varias veces y de todo tipo de personas (godinez, freelancers, emprendedores y demás).  ¿Qué chistoso que al ser humano le encanta perder el tiempo hablando cuando puede decirlo todo en 3 renglones no? Pues no, el hecho de que todo mundo se queje de esas reuniones que pudieron haber sido mails es porque no sabemos escribir. Esta es mi teoría.

La raíz de todo el problema es que sólo somos conscientes de nuestras realidades. Y nos encanta creer que todo mundo vive en la misma sintonia, y el que no, es porque está bien… “distraído”. Aceptémoslo, el mundo está lleno de gente distraída, excepto nosotros. Qué chistoso.

La magia de escribir bien está en poder poner al lector en la misma sintonía. El poder de contextualizar la situación, que la otra persona se sintonice y ya le puedas decir las cosas como son. Pero no tenemos esa capacidad, porque no sabemos comunicar con letras, o nos da flojera hacerlo bien. ¿Cómo queremos comunicar por correo si no sabemos redactar? Es más fácil enviar una invitación o hacer una llamada que rompernos un poquito la cabeza para ver cómo darnos a entender.

Está bien, no es nuestra culpa

Antes de que parezca que estoy hablando como si fuera el escritor más experto y que todos, excepto yo, están bien distraídos, te cuento mi perspectiva.  Después de 5 meses escribiendo artículos, casi religiosamente cada semana, puedo platicarte un poco de lo que me he dado cuenta en esta etapa como escritor no escritor. Hablando por mí y de lo que me ha tocado ver en este tema, por supuesto es válido no estar de acuerdo.

La escuela no nos enseña

¿¡Qué!? ¿Cómo que en la escuela no nos enseñan a escribir? Si justo es el único lugar donde se aprende. Pues sí, leer y escribir no se limita al mero hecho de hacerlo. Escribir es un medio, no un fin, uno aprende a hacerlo para comunicar algo. Pero en las escuelas parece que no se enfocan en que sepas comunicar sino en que sepas escribir.

Si no me crees, recuerda todos esos trabajos escritos que tuviste que hacer a lo largo de tus estudios. No importa la asignatura, uno de los requisitos en cualquier trabajo era la longitud mínima del documento. Recuerdo clarísimo requisitos como “mínimo 5 cuartillas” o “de 800 a 1,200 palabras” y con un formato establecido para que las cuartillas no sean con letra Arial 34.

¿Lo recuerdas? ¿O lo estás viviendo ahora? ¡Qué horror! Lo recuerdo y me dan ganas de dejar de escribir esto porque no me trae bonitos recuerdos. Estar trabajando en un ensayo lleno de cantinfleos (o decir mucho sin decir nada, por si no eres de México), tratando de cumplir con el requisito de longitud. Nos preocupábamos de llenar esa cuartillas con lo que sea, y solamente teniendo uno que otro párrafo que realmente aporte al trabajo.

Si la idea era comprobar un punto, refutar algo, plantear una ideología, una investigación o lo que fuera, la instrucción debería ser: Explícame por qué y que sea claro, no importa cuánto espacio te tome. Es más, hasta limitaría la cantidad de palabras, entre más al grano vayas mejor por mí. Hasta quiero ser profesor para dejar trabajos de longitud libre y que los alumnos hagan corto circuito estando confundidos, sin saber si es bueno o malo la longitud de su trabajo.

Siendo educados de esta manera, le damos valor a la cantidad y no a la calidad. Por eso cuando vemos libros gordos nos espantamos, y nos aburrimos en cuanto los vemos. Porque asumimos que está lleno de cosas innecesarias. Pero imagínate un libro gordo con puro contenido sabroso, lo vas a leer y se te va a ir como agua. Porque lo escribió alguien que sabe comunicar, alguien al que no lo obligaron a hacer un libro mínimo de 500 cuartillas.

Mi invitación para que escribas

Quítate de la mente todo lo aprendido en la escuela sobre escribir. Es mucho más satisfactorio cuando lo haces sin esas reglas absurdas de academia. Además, es una habilidad esencial para cualquier profesión, saber comunicar bien por medio de la escritura. Para que puedas ahorrar tiempo en reuniones y escribir correos asertivos.

Por eso yo te invito a que le pierdas el miedo (disfrazado de flojera tal vez) y escribas constantemente. No importa dónde, no importa si hay lectores o no, desarrolla esa habilidad. Es absurdo pensar que seremos buenos comunicando por escrito si nunca escribimos.

Cuando escribes, se te graban más las cosas y las entiendes mejor a que si sólo te las aprendes. Por eso es que todas las semanas escribo sobre algún libro, por ejemplo. Porque si lo leo nada más, y si a caso subrayo algo, se me va a olvidar pronto. Pero al escribir sobre la idea principal del libro, es más probable que no olvide lo más importante. Además de que te clavas más con entender las cosas, nadie escribe de cosas que no entiende.

Genera contenido escrito, hazlo por ti y para ti. 

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