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¡¿Copiar!? Sí, he llegado a la conclusión de que copiar no es tan malo como se pinta. Y claro, no quiero desatar un debate moral para ver quién está de acuerdo y quién no. Te quiero hablar desde mis ojos, y el objetivo de este artículo es cambiar tu perspectiva del verbo y más como emprendedor.
No soy quién para contarlo ni tú para saberlo, pero para dar contexto debes saber que soy muy fan de la tecnología. No soy ingeniero ni nada, pero de un tiempo a acá es lo que me vuelve loco. Te cuento esto porque en la industria de la tecnología es un copiadero a diestra y siniestra, sin pregunta y sin vergüenza. Es por ello que encuentro razones de peso que me han cambiado el significado de “copiar”.
Hablemos de los chinos
Lo sé, en estos momentos de COVID-19 lo último que queremos escuchar es de los chinos y su manía de comer murciélago. Pero no tocaremos ese tema, hablaremos de su enfoque tecnológico en las últimas 2 décadas y su cultura de copiones.
No es novedad para nadie que China hoy en día es una potencia tecnológica. Lo que resulta muy raro porque La Revolución Cultural China, por ahí de los 70s – 80s, dejó un país hundido en pobreza y resagado tecnológicamente al menos medio siglo. ¿Cómo es que en 40 años superaron a potencias mundiales en riqueza y calidad de vida? Copiando, entre otras cosas.
La imagen que tenemos de los chinos es que hacen copias baratas y de muy mala calidad. Déjame decirte algo, siguen haciendo copias baratas y de muy mala calidad. Sin embargo, cada vez son más las marcas chinas que construyen productos de altísima calidad y diseño. Hay que voltear a ver marcas como Lenovo, Huawei o Xiaomi. Tal vez no tienen el mejor branding, pero son marcas que garantizan una excelente calidad en sus productos.
Esta calidad no se logró porque un día los chinos se despertaron con ganas de hacer mejor las cosas. Fue una curva de aprendizaje de muchos años que comenzó cuando fabricaron sus celulares chafas que bautizaron como HiPhone y por casualidad el diseño se parecía mucho a los iPhone’s de aquel entonces. Los ingenieros que se pirateaban esos HiPhones hace unos 10 años, ahora son parte de los equipos de las marcas que mencioné.
Otro ejemplo, los chinos hicieron copias idénticas de Facebook, Twitter y WhatsApp y las juntaron en una app que se llama WeChat. Todo lo que hacían los gringos, los chinos lo copiaban, todo. Después de tanto copiar, los chinos fueron capaces de desarrollar una red social como ninguna otra. TikTok, la sensación de los chavo-rucos y millenials. El auge que ha logrado TikTok en tan poco tiempo es gracias a una súper Inteligencia Artificial muy bien hecha y muy macabra. Pero ese ya es otro cuento.
Todo esto no te lo cuento con el fin de alabar a los chinos y demás. La idea era entender los efectos que puede traer copiar, en este caso a nivel de una nación como la que es China. Si te agrada el tema te recomiendo mucho leer el libro de AI Superpower, que básicamente es la historia del asenso de China en esta industria.
Tratemos de bajar esa cultura de copiar a un nivel más personal.
En muchas ocasiones sentimos que nos falta la inspiración para trabajar en nuestro emprendimiento o proyecto personal. Estamos tan ocupados esperando la gran idea que mejor no hacemos nada. Cuando nos sentimos bloqueados, puede estar bien intentar replicar el trabajo de alguien más para que aprendas y te generes una idea. Después de tanto copiar va a llegar un punto en donde te sentirás lo demasiado seguro para crear tu propia versión.
¿Eres diseñador? Intenta copiar el diseño de algún diseñador al que admires, cuando termines tal vez no te va a gustar. Pero cuando hagas tu siguiente diseño tendrás una perspectiva diferente ya que, al copiar el pasado, habrás analizado más a detalle el trabajo de un profesional y seguro habrás aprendido algo nuevo. De repente ya estarás creando tu propio “TikTok” y no te darás cuenta.
No quiero incentivar una cultura de piratería ni, como dije, empezar un debate moral de si está bien o está mal. Creo que está bien copiar, pero creo que está mal lucrar con lo copiado. Espero esto aclare mucho mi posición.
No se trata de conseguir un camino fácil, como la idea de la mujer que fue a Shark Tank proponiendo hacer trampa en la tarea de los niños. Siempre y cuando repliques trabajando con tus propias manos, encontrarás un aprendizaje interesante y una mejora en tus habilidades e ideas.
Si quieres no le llames copiar, puedes llamarlo “inspiración” en el trabajo de alguien más. Pero trabájalo, entiéndelo y analízalo. Después crea tu propia versión, con tu estilo, tus mejoras, tus ideas y tu talento mejorado.
Desestigmaticemos el verbo y fijemos punto de partida.
